El FC Barcelona volvió a sonreír. Este miércoles, el equipo dirigido por Hansi Flick se proclamó campeón de La Liga tras vencer 0-2 al Espanyol en el derbi catalán, y lo hizo con autoridad, emoción y dos fechas antes de que termine el campeonato.

Pese a la presión que le metió el Real Madrid con su agónica victoria ante el Mallorca, los culés no fallaron y respondieron como lo hacen los grandes. Con esta victoria, el Barça llegó a 85 puntos, siete más que los merengues, y selló así una temporada que ya es inolvidable.

Y es que este título no viene solo: el conjunto blaugrana ya había ganado hace unas semanas la Copa del Rey, en una vibrante final que terminó 5-3… también contra el Madrid. Un doblete soñado para una afición que volvió a creer y que ahora celebra por todo lo alto.

El partido no fue fácil. El Espanyol cerró espacios, pero apareció la magia. Al minuto 53, el joven talento Lamine Yamal sacó un zurdazo espectacular tras una asistencia de Dani Olmo y abrió el marcador. Más adelante, el Barça sentenció el partido con un gol de João Félix, desatando la locura entre los seguidores culés.

"Este equipo está demostrando que tiene presente y mucho futuro. Ganar la Liga y la Copa es el reflejo del trabajo, la pasión y la unión del vestuario", expresó Flick al final del partido.

La imagen final fue de película: los jugadores abrazados, la afición cantando a todo pulmón y un equipo que supo levantarse, reinventarse y volver a lo más alto. Con figuras como Yamal, Gavi, Pedri, Araújo, Ter Stegen y Lewandowski, el Barça ha construido una base sólida que ilusiona a todos de cara al futuro.

Barcelona es una fiesta. Las calles se tiñeron de azulgrana y miles de aficionados salieron a celebrar este 28º título de Liga como se merece: con orgullo, alegría y muchas ganas de seguir soñando.