El gobierno brasileño ha anunciado una reducción del 50% en la tasa de deforestación de la Amazonía durante el último año, según datos satelitales verificados por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), marcando un importante avance en los esfuerzos de conservación bajo la administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Las imágenes satelitales revelan que entre agosto de 2023 y julio de 2024, la pérdida forestal en la región amazónica brasileña disminuyó en aproximadamente 5.972 kilómetros cuadrados, la cifra más baja en los últimos cinco años. Este logro representa un cambio significativo respecto a la administración anterior, cuando la deforestación alcanzó niveles récord.

"Estamos cumpliendo nuestro compromiso de proteger la mayor selva tropical del mundo", declaró la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, durante la presentación de los datos. "Esta reducción es el resultado de políticas públicas efectivas, mayor fiscalización y colaboración con comunidades locales e indígenas".

Sin embargo, los incendios forestales están amenazando estos avances. En lo que va de 2024, el INPE ha detectado un aumento del 35% en los focos de incendio en la Amazonía brasileña en comparación con el mismo período del año anterior, exacerbados por condiciones de sequía extrema asociadas con el fenómeno de El Niño.

"La reducción de la deforestación es un paso crucial, pero los incendios representan una amenaza igualmente grave para la integridad del ecosistema amazónico", advirtió Paulo Moutinho, investigador del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM). "Muchos de estos incendios están siendo provocados deliberadamente para convertir bosques en tierras agrícolas".

El gobierno brasileño ha desplegado más de 1.500 bomberos y personal militar adicional para combatir los incendios y ha incrementado las sanciones contra la quema ilegal. Además, ha firmado acuerdos con países vecinos para coordinar esfuerzos transfronterizos de protección.

La conservación de la Amazonía es crucial no solo para Brasil, sino para los esfuerzos globales contra el cambio climático, ya que la selva almacena aproximadamente 123 mil millones de toneladas de carbono y alberga al menos el 10% de la biodiversidad conocida del planeta.