El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este jueves una medida que ya está generando fuertes reacciones en todo el mundo: un nuevo arancel del 50% a una amplia gama de productos provenientes de la Unión Europea, que entrará en vigor el 1 de junio. La decisión, tomada en medio de crecientes tensiones comerciales, representa uno de los movimientos más agresivos de su administración en política exterior económica desde su regreso a la Casa Blanca.

Durante una rueda de prensa desde la Casa Blanca, Trump argumentó que la Unión Europea ha mantenido durante años políticas comerciales “profundamente injustas” contra Estados Unidos, y que llegó el momento de “corregir el desequilibrio”.

“Los agricultores, trabajadores y empresarios estadounidenses han sido ignorados durante demasiado tiempo. Esta decisión es por ellos. Si Europa quiere acceso a nuestro mercado, tendrá que jugar con reglas justas”, afirmó el mandatario.

Productos afectados y reacción del mercado

La medida afectará principalmente productos como vehículos, maquinaria industrial, vinos, quesos, textiles y tecnología proveniente de Alemania, Francia, Italia y España. El impacto potencial sobre el comercio bilateral es significativo: solo en 2024, EE.UU. importó más de 110.000 millones de dólares en productos provenientes de esos sectores.

La reacción de los mercados fue inmediata. Wall Street cerró el jueves en rojo, con el Dow Jones cayendo 1,8%, arrastrado por fuertes pérdidas en sectores automotriz y manufacturero. En Europa, los principales índices bursátiles también reflejaron la preocupación, especialmente en Frankfurt y París.

Tensión con la Unión Europea

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó la medida como “una provocación innecesaria y una amenaza directa a las reglas del comercio internacional”. Bruselas ya prepara medidas de represalia que podrían afectar a productos agrícolas, bebidas alcohólicas, ropa y tecnología estadounidense.

“Este no es el camino. Europa está lista para defender sus intereses con firmeza, pero también con responsabilidad”, declaró von der Leyen desde Bruselas.

¿Una nueva guerra comercial?

Los analistas no tardaron en advertir sobre una posible escalada de represalias entre ambas potencias. “Estamos ante un escenario muy similar al de 2018, con el riesgo de un nuevo ciclo de tarifas y contramedidas que podrían frenar el crecimiento global”, indicó Thomas Healey, economista de la Universidad de Georgetown.

El Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio también expresaron su preocupación. Un informe del FMI calcula que si se intensifica esta disputa, el comercio global podría caer un 1,2% en los próximos 12 meses, afectando principalmente a las economías más industrializadas.

La medida llega en pleno año electoral en EE.UU., con Trump buscando la reelección y reforzando su imagen de “protector de la industria nacional”. La estrategia no es nueva: durante su primer mandato ya impuso aranceles a China, México y la misma Unión Europea, con resultados mixtos tanto en lo económico como en lo político.

A falta de semanas para el arranque oficial de su campaña, este movimiento podría consolidar el apoyo de votantes clave en estados industriales como Michigan, Ohio y Pensilvania, donde el impacto de las importaciones europeas es más fuerte.