En una histórica decisión, el Congreso de la Ciudad de México aprobó este martes la prohibición de las corridas de toros que incluyan la muerte del animal y el uso de objetos punzocortantes durante la lidia. La votación se llevó a cabo en medio de intensas manifestaciones tanto de defensores de los derechos de los animales como de aficionados a la tauromaquia, reflejando la polarización de la sociedad ante esta tradición.

Un cambio en la legislación

La reforma, impulsada por legisladores y respaldada por organizaciones animalistas, modifica la Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México, estableciendo sanciones para quienes incumplan la nueva normativa. La medida fue aprobada con una mayoría significativa en el Congreso local, reflejando un cambio en la percepción pública sobre el trato a los animales en el país.

Con esta resolución, la capital mexicana se suma a una creciente lista de regiones en el mundo que han restringido o prohibido las corridas de toros con sacrificio. En países como España y Francia, algunas localidades han optado por eliminar estas prácticas, mientras que en Latinoamérica, ciudades como Bogotá y Quito han tomado medidas similares en el pasado.

Argumentos a favor y en contra

Los activistas y grupos defensores de los animales celebraron la decisión, señalando que la tauromaquia es una práctica obsoleta que promueve el maltrato animal. “El respeto por los animales y su bienestar es una prioridad. Con esta decisión, estamos dando un paso hacia una Ciudad de México más ética y consciente del trato digno a todos los seres vivos”, declaró un legislador a favor de la prohibición.

Por otro lado, los sectores taurinos y aficionados han manifestado su inconformidad, asegurando que la tauromaquia es una parte fundamental de la identidad cultural y económica de la ciudad. Argumentan que la prohibición podría afectar a miles de empleos directos e indirectos vinculados a la industria taurina, incluyendo ganaderos, toreros, personal de plazas de toros y comerciantes. Según datos del sector, la industria genera más de 80,000 empleos en el país y representa ingresos anuales superiores a los 6,900 millones de pesos.

Además, algunos críticos han señalado que la medida podría generar impactos económicos en el turismo y en la economía de las plazas de toros, como la Plaza México, la más grande del mundo, que hasta ahora ha sido un punto de referencia para la tauromaquia internacional.

Próximos pasos

La reforma entrará en vigor en los próximos meses, y el Congreso local deberá definir los mecanismos de supervisión y sanción para garantizar su cumplimiento. Se espera que la medida sea impugnada por representantes del sector taurino, quienes podrían buscar amparos legales para frenar su aplicación.

A nivel nacional, la decisión de la Ciudad de México podría sentar un precedente para otros estados del país que también han debatido restricciones a la tauromaquia. En los últimos años, legisladores en entidades como Veracruz, Coahuila y Quintana Roo han impulsado propuestas similares, lo que refleja un cambio progresivo en la visión de la sociedad sobre estos espectáculos.