La Corte Suprema de Estados Unidos acaba de dar luz verde a una de las decisiones más polémicas del presidente Donald Trump: eliminar el programa de parole humanitario que desde 2023 permitió el ingreso legal de más de 500.000 personas de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití.

El programa, implementado durante el gobierno de Joe Biden, ofrecía una vía legal y ordenada para que migrantes afectados por crisis humanitarias pudieran entrar al país con el apoyo de un patrocinador. Ahora, todo eso llega a su fin.

“Recuperamos el control de nuestras fronteras” dijo Trump este jueves, asegurando que el programa representaba una amenaza para la seguridad nacional.

¿Y ahora qué?

Con esta decisión, ya no se aceptan nuevas solicitudes. Y aunque el gobierno no ha hablado de deportaciones inmediatas, miles de familias quedan en el aire, sin saber qué pasará con su estatus migratorio. La administración anunciará en los próximos días qué pasará con quienes ya están dentro del país.

Reacciones divididas

Mientras sectores conservadores celebran la medida como un triunfo del orden y la ley, las críticas no se hicieron esperar. Organizaciones como Human Rights Watch y ACNUR calificaron la decisión como inhumana, y varios líderes demócratas la han rechazado con fuerza.

“Es una bofetada a quienes huyen de la violencia y la represión”, dijo la senadora Alexandria Ocasio-Cortez.

En América Latina también hay alarma. El gobierno de Venezuela expresó “profunda preocupación” por la situación de sus ciudadanos. Haití, Cuba y Nicaragua también pidieron garantías para el respeto de los derechos humanos.

Un cambio que impacta a miles

Según datos oficiales, más del 70% de los beneficiarios del parole vive en estados como Florida, Nueva York y Texas. Muchos han comenzado una nueva vida, con empleos, estudios y familias. Ahora, esa estabilidad pende de un hilo.